Septiembre del 2017. Una reflexión sobre este tema puede llevarnos a conclusiones distintas, según el prisma con que se le mire. Generalmente las malezas, especialmente las de huertos urbanos, son vertidas a la BASURA (según normas y stándares ambientales, se debe tender a rebajar el nivel de la basura domiciliaria, es decir, disminuir la huella ecológica). Sin embargo, hay opiniones que discrepan de esta actitud (la visión negativa de las malezas) en el sentido de darles un tratamiento diferente a este tipo de especie vegetal, como por ejemplo su procesamiento ecológico y ver, más bien, cuáles pueden ser sus beneficios y no fijarse tanto en sus aspectos negativos. En caso de juntar maleza para su tratamiento, es preciso monitorearla para evitar algún siniestro, dada las condiciones actuales del clima, pero que no significan en caso alguno un problema para su procesamiento efectivo. Sólo hay que tener cuidado con las altas temperaturas y otros escenarios climáticos. Abajo en la foto, un vecino de la parte alta de Illapel, positivamente optó por darle un tratamiento diferente a las malezas apilándola en un lugar determinado de su patio (parecido al mulch). Esta técnica contribuye a incrementar el EDAFÓN (que son la totalidad de organismos del suelo).
Las mal llamadas malas hierbas presentan aspectos positivos y negativos. Dentro de lo positivo, estas especies sirven para usos medicinales, como también nos ayudan contra la contaminación y pueden ser ornamentales. Algunas especies son utilizadas como filtro de agua. Las medidas preventivas, tales como el uso de semilla limpia, plantación de setos arbóreos o arbustivos en los márgenes y culturales, por ejemplo, rotaciones, policultivos, modificaciones en la densidad y época de siembra, acolchado, cultivos de cobertura, son fundamentales y se deben realizar habitualmente. Los sistemas de control de malezas como los biológicos, térmicos o mecánicos, deben ser complementarios, y realizarse el menor número de veces posible. Hemos de entender que infestaciones grandes de malezas se deben a que estamos haciendo un mal manejo (rotación mal planteada, sin policultivos, sin cultivos de cobertura o abonos verdes, variedades mal elegidas).
En primer lugar, estas especies pueden ser utilizadas como abono verde, aportando nutrientes y materia orgánica. Producen polen para los insectos. Pueden ser indicadoras del tipo de suelo del predio. Por otro lado, Crean un microclima más favorable para los cultivos. Fomentan biodiversidad, albergando fauna benéfica (abejas, enemigos naturales de las plagas, etc.). Son objeto de plantas trampa para insectos plaga de los cultivos. Son la base de la mejora fitogenética de los cultivos. Finalmente, abastecen de alimento al ganado y protegen al suelo de la erosión, mejoran su estructura y estimulan la actividad biológica del suelo. Tienen usos medicinales, ayudan a combatir la contaminación, pueden ser ornamentales, sirven, según la especie, de purificadores del agua.
Para reciclar la maleza y otros elementos orgánicos, se debe realizar el proceso del COMPOST. Cualquier sustancia orgánica vegetal sirve para la realización de esta técnica. Las malezas, rastrojos, hojarasca, residuos de cosecha y de cocina, son la base de este compuesto. Consiste en juntar todo tipo de desechos orgánicos en un lugar para su posterior degradación y transformación en humus. De este modo, las semillas de las malezas, debieran quedar inutilizadas. Los restos vegetales pueden ser mezclados con cáscaras de huevo, papel, en fin, todo elemento orgánico. Es importante para la producción de humus la formación de complejos estables que se logran al mezclarse con tierra. Todos estos materiales una vez mezclados elevan su temperatura por lo que debe mantenerse una humedad adecuada para su regulación. El exceso de humedad, eso sí, podría resultar negativo para el proceso produciendo malos olores.